lunes, 27 de diciembre de 2010

Rosas...




La luz de la luna ilumina mi habitación, oscura ante una impotencia abrumadora.

Saber que todo lo que ocurre esta escrito y ocurre por una razón, que no se puede detener, que el maldito destino me empuja hacia ese abismo,
y mientras, consume lo poco que queda de mi mismo.

Se con certeza que esto es simplemente una prueba del destino que tengo que superar, que todo el dolor que siento no va a menguar.
Que con el tiempo hallare la solución, pero que por el momento no seré libre de la cárcel de la desesperación.

Hoy he abierto los ojos, he comprendido que mis sentimientos son pura basura para esa escoria de mi alrededor
y que aquellos no comprenden, ni sienten mi dolor.
Solo les gusta la desgracia de ese objeto,
para sentirse felices, eufóricos, completos.

Este mundo, lleno de personas dignas de admiración me rodean, me hacen sentir impotente, débil, me alteran…
Tienen en su posesión una personalidad fuerte, en ocasiones imbatible para alguien como yo.
Dicen que me menosprecio, que cualquiera desearía ser yo al verme, pero he comprendido que la verdadera incomprensión reside en las mentes de aquellos que creen conocerme.

Con todo lo que digo no pretendo obtener abrazos, besos o compasión.
Intento expresar lo que siento en esta ocasión.
Solo digo que esto no es una simple depresión, es una suma de sentimientos, una unión, bajo la misma voz, gritando bien alto antes de que el destino los siegue con su hoz.

Mientras la luna baña de luz mi rostro en la oscuridad, comprendo cual es la escapatoria de esta dura realidad.
Son los sueños, soñar para que la noche se convierta día, para que la tristeza pase a ser alegría.

En mis sueños encuentro un refugio donde puedo aclarar mis ideas, un lugar seguro, un lugar metafórico, donde todas mis inseguridades afloran en forma de malas hierbas. Donde todas a las que he amado y amare son rosas, dependiendo del momento y el lugar, blancas, amarillas o rojas. Ese lugar es un jardín y representa mi vida.

Busco constantemente en ese jardín, esa rosa perfecta, esa rosa que representa lo que nunca he alcanzado, esa rosa que representa lo que siempre he añorado.
Esa persona que esta ahí siempre, esa persona que nunca hiere, esa persona que sabes que te quiere… No me refiero a una rosa, me refiero a “La Rosa”. La perfecta, la querida, la que nunca ha sido ni será corrompida.

Pero este jardín es engañoso y fraudulento, sabe lo que quiero y no va a parar hasta hacerme errar este intento. Andando por el jardín vislumbre la rosa, en un matorral lleno de rosas, justo en el centro, al acercarme se sumergió entre las espinas evitando así nuestro encuentro.

Otro intento fallido, a levantarse y a seguir, en la siguiente podría salir.
Entonces al girarme veo el rostro de un desconocido, un intruso ha entrado, se encuentra a mi lado atrapado.
Cogiendo una rosa que me pertenecía, al arrancarla se desvanecía.

Sin darle importancia se aleja de mi jardín para no volver jamás.
Inconsciente de que la rosa se marchitaría cada vez más.

Esto ocurre si escoges por escoger de esta forma no hay nada que agradecer.
Únicamente una triste vida, con una rosa que ha sido y será siempre una rosa corrompida.

Tal vez no pueda saber lo que me ha preparado el destino, puedo ser también incomprendido, irrelevante, ínfimo…
Pero puedo asegurar que hasta el ultimo día,
no parare de buscar la rosa prometida.

Puede que con las espinas de las rosas que encuentre a mi paso me haga heridas,
profundas, leves, indefinidas…

Pero mi deseo será siempre, encontrar la rosa y sus espinas
Para así sentir algo hasta el final de mis días.



[VII] "Aprende de tus errores"

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola,soy sirio,xD,esta entrada me ha gustado mucho,xD,si de verdad todo lo que escribis es vuestro,esta muy bien,jajaja