sábado, 19 de febrero de 2011

Agonia...





En una noche oscura, caminando entre la bruma,
Solo logro distinguir, el reflejo de la luna.

Los árboles se agitan por la brisa de mis versos,
Mientras, yo recuerdo, la dulzura de sus besos.

Avanzo por un camino, con un cartel sobre el corazón,
“Damas y caballeros, cerrado por defunción”

Para mi ya no hay ni una pizca de esperanza,
Toda la que habia, se esfumó con elegancia.

El silencio es mi lenguaje,
El recuerdo mi tortura,
Estoy perdido en un paraje,
Solo y ciego, sin cordura.

Ahora solo me queda, el recuerdo venenoso,
De aquella a la que ame, sentimiento doloroso.

¿Quién soy yo sino aquel que hablaba de la luz y no de la oscuridad?

¿Quién soy yo sino aquel que vivía en los sueños ignorando la realidad?

Con mi triste alma marchita, arribo por fin al muelle,
Y arrodillado ante el barquero, le ruego que por favor me lleve.

Al lugar donde los sueños no existen,
Al lugar donde mueren las lagrimas,
Al lugar donde los besos se omiten,
Al lugar donde vagan las animas.

Caronte, el barquero, acepta mi decisión,
Mientras, yo subo a la barca, con una única obsesión.

Dejar de recordarla, sus labios, su olor…
Para así intentar olvidar, y no sentir este dolor.

Para mi no es fácil lo que acaba de ocurrir,
El corazón que ardía en llamas, se acaba de consumir.

Miedo es todo lo que encuentro a mi paso,
Al igual que la noche precede al ocaso.

Ojos mirando hacia el olvido,
Mente confusa, sin razón,
Ya es tarde, ya ha ocurrido,
He perdido el corazón…



[VII] "En el hombre de hojalata me he convertido,
Cierro los ojos…ella se ha ido"

4 comentarios:

J.M dijo...

(L)

Anónimo dijo...

me encanta, creo que más que eso, es preciosa
espero que conforme vaya pasando el tiempo te vayas sintiendo mejor contigo mismo
no te mereces estar triste, tienes un corazón grandísimo, que lo sepas.

manuela dijo...

me encanta el poema...ojala muy pronto dejes de sufrir porque vales muchisimo y no mereces que nada malo te pase
y que sepas que yo siempre estare aqui cuando lo necesites (L)

Tomás dijo...

Te equivocas. No la olvides. Recuerda lo que sentiste y sonríe por la suerte que tuviste de poder tener esas vivencias...Guarda tus lágrimas para otros momentos que las merezcan de verdad.
Y ahora, la vista hacia delante y al frente,..y sonríe, pues la vida siempre te ofrecerá momentos para recuperar lo perdido.
Es hora de pasar la página, pero con fuerza y con orgullo. Fuerza la que tu tienes y orgullo, el que nos haces sentir los que tenemos la suerte de compartir algo contigo.